Después de un periodo de mucho estrés donde cada historia superaba la anterior, me fumaba al día casi dos paquete de cigarrillos.

Yo sabía que era malo fumar, pero bueno, como todo, pero la cantidad de tabaco que fumé en esos meses fue de dos paquetes diarios por lo menos. Fumé como si no hubiera un mañana.

Vino la consecuencia, por fumar.

Desde ya hacía un tiempo me decían que me despertaba en medio de la noche como asfixiandome, aparte de esto yo mismo me daba cuenta que me sonaba como un pitido cuando respiraba al dormir…

Con estos síntomas, fui capaz de no dejar el tabaco. Intente reducirlo, inventarme historias, pero fue perdida de tiempo.

Los problemas más gordo que vi reflejado en mi cuerpo, o así lo ví, sobre la adicción al tabaco, fueron dos:

Empecé a toser mucho por las noches y la sensación era que entre tos y tos no me daba tiempo a coger aire y me quedaba sin nada que expulsar en la siguiente tos. Indescriptible, parecía que se me rompían los pulmones. En cada suspiro o mínima tos, me venia un sabor a sangre a la boca.

Tanto para el caso uno y dos, los busqué por internet y todo relacionado con el tabaquismo. Por un lado la reducción de los conductos respiratorios provocaba un silbido con el paso del aire. Y el caso número dos, más grave todavía fue la guinda del pastel, ya que veía el daño físico representado en sangre en mi boca cada vez que la respiración era más fuerte de lo normal.

Como decisión drástica dejé el tabaco radicalmente, no fumé, pero decidí dejarlo del tirón y lo sufrí.

Al tener dos días de abstinencia mi salud, creo, se estaba recuperando, pero pequé ya que el cuerpo me pedía veneno… y le di unas caladitas a un cigarro. Por la noche volvieron los síntomas fuertemente… Después de esta prueba irrefutable, decidí de verdad dejar el tabaco para toda mi vida.

Me recomendaron el aceite de CBD y decidí probarlo, ya que había intentado dejarlo mil veces antes y esta vez tenía que ser la última.

Tomé del camino de solo tomar aceite de CBD y fumar mucho mucho menos y cuando lo hacía le echaba el aceite de CBD sobre el cigarro, una gota. Con el paso de varias semanas ya solo fumaba dos o tres al dia. Ya en este nivel compré un cigarro electrónico y di el paso de dejarlo del todo. Usé el aceite de CBD el líquido de vapeo y alguna vez probé a fumar cáñamo sin THC. 

Esto fue así y continúa hasta el día de hoy. Además de dejar de fumar con CBD, he descubierto los beneficios potenciales del cannabidiol para uso terapéutico.

Se puede decir que he salido de una condena. Son muchas las que se nos presentan y en las que nos vemos involucrados, pero definitivamente me he quitado de encima la peor, la más cancerígena y las más adictiva…

No tengo tos nunca, las flemas que expulso “de vez en cuando” están totalmente limpias, no me garraspea la garganta, ni tengo pinchazos en el pecho, soy capaz de subir las escaleras de tres en tres y como si nada…